La migración es tan antigua como la historia de la humanidad, una apuesta por la esperanza y un derecho humano indiscutible.

En nuestro país, nos resulta familiar el fenómeno, tanto por los connacionales que han emigrado (les apuesto que todos tenemos un familiar en los Estados Unidos) como por el flujo que atraviesa nuestro país, principalmente desde Centroamérica y Sudamérica para concretar la llegada al vecino país del norte.

Como los derechos civiles, sociales, políticos, económicos, culturales y de diversa índole, la migración requiere regularse y contar con una política pública eficaz que proteja y garantice la universalidad de los derechos humanos. Constituye también un enorme reto contra con los recursos y capacidad de atender las situaciones que este fenómeno humano trae aparejado en los pobladores del Estado.

Desde el Congreso Local, hemos hecho un llamado constante al Gobierno Federal para que tome medidas urgentes frente a la creciente crisis migratoria y destine presupuesto suficiente. A lo largo de varios meses, hemos advertido el empeoramiento de la situación, especialmente dadas las condiciones climáticas extremas de nuestro estado durante el invierno. Nuestras exigencias han sido ignoradas.

Las autoridades municipales y estatales han cumplido con su deber de intervenir en el ámbito que les corresponde, pero tristemente lo han hecho prácticamente solos; el fenómeno debería ser coordinado por el gobierno federal. Efectivamente, estamos ante una facultad concurrente para los tres órdenes de gobierno, lo que ha resultado en un pretexto para que la Federación actúe con indolencia e irresponsabilidad.

Debemos recordar que, en nuestro régimen constitucional de derechos, las violaciones a los derechos humanos y los delitos, también se cometen por la omisión en las obligaciones.

En Chihuahua, abandonado por la Federación, la dignidad humana está lejos de ser garantizada en cada decisión que toma el Instituto Nacional de Migración.

Es fundamental respaldar las iniciativas tanto del Gobierno Estatal encabezado por la gobernadora Maru Campos como del gobierno municipal, que encabeza el alcalde Marco Bonilla. El gobierno estatal tan sólo en 2023, atendió multidisciplinariamente (incluyendo medicina, comida y vestido) a más de 80 mil migrantes. Así mismo, en esta gélida semana, es destacable el trabajo del municipio de Chihuahua a través de decisiones oportunas y auténticamente humanistas.

Los refugios temporales implementados en dos centros comunitarios estratégicos de la ciudad de Chihuahua demostraron ser recursos invaluables en respuesta a la creciente crisis, brindando un respiro y sobre todo protección en instalaciones climatizadas, alimentos y un espacio seguro.

Es crucial comprender que estos refugios no son permanentes y operan a capacidad máxima, enfrentando grandes desafíos. La falta de apoyo del gobierno federal, especialmente del Instituto Nacional de Migración, plantea interrogantes sobre el interés en la coordinación y abordar esta problemática.

Nos cuestionamos: ¿Dónde está el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno para abordar esta crisis humanitaria? La falta de atención inmediata deja a miles de personas migrantes desamparadas.

No podemos ni debemos ignorar la desesperación de quiénes han dejado todo atrás buscando un futuro mejor, mientras la Federación y el INM: indolentemente dan la espalda.