El inicio de este 2023 fue muy amargo para los juarenses, pero también para la gobernadora María Eugenia Campos, pues a pesar de que despidió el año anunciando logros, muchos de ellos consolidados pero otros incompletos, el 1 de enero fue sangriento y de triunfo para un grupo criminal.

Transcurrían las primeras horas del año nuevo y dos diferentes agresiones a policías en las calles juarenses, vaticinaban un escenario de terror, pues minutos después de esas agresiones, se desató un motín al interior del Cereso estatal número 3, hasta donde llegaron camionetas blindadas y sicarios armados hasta los dientes.

Luego de asesinar a 10 custodios del penal y a siete reos, cinco de ellos de una banda contraria, el grupo armado logró liberar a 30 reos, entre ellos a su líder “mexicle” Ernesto Piñón de la Cruz, “El Neto”, mismo que el pasado 11 de agosto ya había intentado escapar con un motín y una serie de agresiones en contra de civiles ajenos a sus conflictos criminales.

No está por demás decir que la gobernadora Maru Campos tardó dos días y medio en salir a dar un mensaje a los ciudadanos, pues al parecer tenían la esperanza de que, en ese tiempo, varios reos fueran recapturados, lo que ocurrió.

Ahora, todos los esfuerzos se están concentrando en la recaptura del “Neto”, por lo que, en la sierra, José Noriel Portillo Gil alias “El Chueco”, ha dado un respiro, pues por primera vez desde el pasado 20 de junio, no es el blanco principal de las autoridades, tras haber perpetrado el asesinato de los sacerdotes jesuitas.

Aunque las autoridades estatales y federales han asegurado que los operativos para capturar al “Chueco” siguen y no van a ceder ni un poquito, no es secreto de que la capacidad reaccionaria ni de constancia y permanencia en un sitio, de ninguna de las corporaciones puede abarcar dos frentes de batalla tan significativos para los chihuahuenses como lo es las escondidillas de José Noeriel y de Ernesto Piñón, actualmente los dos objetivos prioritarios de Maru Campos y del gobierno de Chihuahua.